Hoy no está de moda Molière, supongo que porque estamos tan acostumbrados a la libertad del autor que no nos llegan sus esfuerzos por liberarse de los moldes neoclásicos sin llegar a traicionarlos. Es necesario saber de historia literaria para entender el valor de estas obras, en especial la más famosa. Leído hoy (quizá representado y adaptado la cosa cambie), incluso el Tartufo se me presenta forzado, artificial, como las pelucas propias del reinado del Rey Sol, y solo en algunos momentos he encontrado pasajes que me hayan divertido sin sentir la obligación de hacerlo. Estoy convencido del enorme mérito de escribir y hacer representar estas obras en su momento, tanto por sus formas como por su fondo. De hecho, Molière tuvo serios problemas por ello. Pero no me resulta actual, qué le voy a hacer. ( )